

The Night of the Pins
Season 2 Episode 1 | 1h 16m 51sVideo has Closed Captions
Alberto is back from his honeymoon and excited to return to the store.
Alberto is back from his honeymoon in Rome and excited to return to the store. Ana has a handsome new suitor. Blanca and Max are struggling with their emotions.

The Night of the Pins
Season 2 Episode 1 | 1h 16m 51sVideo has Closed Captions
Alberto is back from his honeymoon in Rome and excited to return to the store. Ana has a handsome new suitor. Blanca and Max are struggling with their emotions.
How to Watch Velvet
Velvet is available to stream on pbs.org and the free PBS App, available on iPhone, Apple TV, Android TV, Android smartphones, Amazon Fire TV, Amazon Fire Tablet, Roku, Samsung Smart TV, and Vizio.
Providing Support for PBS.org
Learn Moreabout PBS online sponsorship[♪ Alba Lliure: "Falling in love"] [♪ Robert J. Walsh: "A lot like being in love"] [risa] -Señora.
-Caballero.
Que bonito está el jardín.
¨No te parece que está todo distinto?
-Es lo que tienen las vacaciones.
Dos semanas fuera y te parece todo nuevo.
Yo no me puedo creer que hayamos vuelto con cuatro maletas de más.
-Mi amor es la felicidad.
Y yo soy la mujer más feliz del mundo.
[risa] -A ver.
[carraspeo] -¨No vas a cumplir con la tradición?
[♪ Robert J. Walsh: "A lot like being in love"] [risa] [grito] [risas] -Llama.
-¨Qué?
¨Cansado?
-Llama.
Te has pasado con las pizzas en Roma, eh?
-Pero bueno.
-Bienvenidos, señores.
-Hola.
-Hola.
-¨Todo bien la estancia en Roma?
-Maravillosa.
-¨Hasta aquí?
-!
Uh!
-!
Sorpresa!
-!
Sorpresa!
!
Sorpresa!
-¨Pero qué hacéis aquí?
-Bienvenidos.
-¨Qué tal, Gerardo?
-Hola, Patricia.
Qué guapa.
-Hola, bonita.
-Hola, Gloria.
-Papá.
-¨Qué tal, mi cielo?
-¨Qué tal?
-¨Qué tal, Gloria?
-Pues echando de menos Roma, pero con muchas ganas de veros.
¨Cómo está Lourditas?
-Pues en San Sebastián con su madre.
Creciendo por momentos.
Y ya verás lo guapo que está.
Mira.
-A ver.
Ay, una preciosidad.
-Muy guapa.
-Es igual que Bárbara, ¨eh?
-El padre también ha puesto de su parte.
-¨Qué tal todo por aquí?
-Bien, bien, bien.
-Sí, muy bien.
Hemos estado preparando toda la casa para nuestra nueva inquilina.
Y esperamos que te guste.
-Muchísimas gracias, Gloria.
Por cierto que hemos traído regalos para todos.
¨Por qué no cenamos esta noche y os los damos?
-Ah, muy bien.
Venga, me encargo yo de todo.
-Ah, no, deja que me encargue yo.
Al fin y al cabo es idea mía.
Y, bueno, no quiero causarte ninguna molestia.
-Sí, Gloria, deja que se encargue Cristina.
-Bueno.
Muy bien.
¨Y tú qué tal, Alberto?
¨Has echado de menos las galerías?
-Sí.
-¨Ya lo tienes?
[♪ Laurent Lombard: "Sweet darling"] Está a punto de pillarnos.
[suspiro] -¨Lo habéis conseguido?
-Aquí está.
Mañana en cuanto abran las tiendas vamos a comprar uno y reponerlo, ¨eh?
-Yo me acerco.
No podemos correr riesgos por un poco de hilo.
-Y perdonadme, chicas, que ha sido fallo mío.
-Tu nuevo novio te está despistando.
-No es mi novio y no me está despistando.
-Preséntanoslo.
-No.
Centrémonos.
Mira, mañana tenemos que entregar estos tres vestidos en la boutique de doña Aurorita.
-Esa mujer debería ponernos una placa en nuestro honor.
-Bueno, bastante ha hecho con perdonarme que le diera plantón al comprador.
-Esto ya casi está, ¨eh?
-Sí.
[golpes en la puerta] -Ana.
-Lucifer.
-Ay, madre.
Ay, madre... -Ana.
-Ya vamos, doña Blanca.
Métete aquí detrás.
!
Corre!
Guarda todo esto.
Corre.
¨Pero tú por qué te escondes si es tu cuarto?
-Ay, calla.
-Ay.
¨Está todo bien?
-¨Por qué tardaban tanto?
-Estábamos terminando de vestirnos.
-Bueno, me alegro de que ya estén preparadas.
Necesito que antes de ir al taller suban a las galerías.
-¨Ha pasado algo?
-Hoy vuelve don Alberto de su luna de miel y vamos a darle la bienvenida.
[puerta se cierra] -¨Estás bien?
-Pues creí que sí, pero ha sido oír su nombre... -¨Nombre?
¨Qué nombre?
-Rita.
-Mujer, sí, es que es normal.
No te ibas a olvidar de él en dos semanas.
-Y ahora tengo que verle y no sé qué va a pasar.
-Pues nada.
No pasará nada porque cuando lo veas... igual está gordo.
O está perdiendo pelo porque los hombres cuando se casan se descuidan.
Mi padre, ahí donde lo ves, era un galán y se casó.
-Rita.
-Que lo estoy diciendo en serio.
-Bueno, vamos a dejar de hablar de ello, ¨eh?
Cuanto antes pase el trago mejor.
[suspiro] -Creo que me lo voy a poner esta noche para la cena.
-¨No dijiste que querías que te lo arreglaran?
-Claro.
Perfecto, así me voy contigo a las galerías.
No nos separamos.
Le digo a Ana que se ponga con ello.
-Como quieras, pero dile a tu hermano que te vienes conmigo.
-Voy.
[♪ música triste] -¨Qué haces aquí?
-Me he cansado de esperar.
-Podrían vernos.
Podrían entrar.
Podrían oírnos.
-Eso ya va a ser más difícil de evitar.
[♪ música de seducción] -Ay, chicas, ¨os habéis enterado del robo en el taller?
-¨Qué robo?
-El robo de alfileres que va a haber esta tarde.
-Ah.
-¨O dónde os creéis que vamos a sacar todas los 13 alfileres para ir a la ermita de San Antonio?
-Mira que... Mira que robar en el taller.
Qué cosa más fea, Pepita.
Qué cosa más fea.
-Rita, que se te nota.
-Bueno.
-A mí con todo el jaleo de doña Aurorita se me había olvidado que era San Antonio.
-Hombre, pues tenemos que ir.
A ver cuántos novios nos salen este año.
-Uy.
-Tú ya vas con ventaja que tienes dos pretendientes.
-No novios.
Pues vaya novios.
Pedro hace días que no daba señales de vida.
[♪ música alegre] -Gracias.
[habla en alemán] Qué desgraciado soy que no he aprendido decir buenos días en alemán, Por favor.
-No se preocupe, a todos nos pasa.
[habla en alemán] -¨Es usted español?
Qué alegría me da.
Dios mío de mi vida.
Yo pensaba que me iba a tirar todo el viaje sin hablar con nadie.
Qué casualidad, ¨eh?
Que tampoco mucha casualidad, oiga, que en Alemania está lleno de españoles.
En Alemania le pegas una patada a una piedra y te sale uno o dos españoles y son chiquititos.
Y claro en Alemania el problema que hay es que va todo el mundo a buscar trabajo.
No es mi caso, yo tengo un trabajo en Madrid muy bonito y muy elegante.
Las Galerías Velvet.
¨Lo conoce?
Muy bien.
Disculpe estar tan nervioso.
Es que estoy un poco excitado y por eso hablo tan rápido.
¨Usted sí tiene su asiento, no?
-Sí.
-Bueno, ya que estamos le voy a contar la verdad.
Ya que somos amigos y tenemos confianza.
Voy a Madrid porque estoy enamorado de la mujer de mi vida.
Se llama Rita.
Rita Montesinos.
Tiene, tiene una cara, tiene unos ojos azul turquesa y una dentadura blanca y tiene una forma de bailar que enamora.
Dicen que se parece mucho a su tía Angustias pero yo no veo ningún parecido.
La verdad es que la quiero mucho.
No la quiero de ahora.
Esto viene de hace... Realmente no me acuerdo pero hace de hace bastante.
Mira, ya que estamos le voy a contar cómo fue.
Yo tenía cinco años... -Vamos, que más que mi novio yo creo que es el de Rosamari.
Y Adolfo, ese es un sátrapa que le falta tiempo para besuquearme siempre que puede.
-¨Y qué tal besa?
-Uno me ha dado y me lo robó a traición.
Que tengo que estar controlándolo.
-Buenos días.
Buenos días, señorita.
-Buenos días.
-Ana, ¨puedes venir un momento por favor?
-Sí, claro.
-Dime la verdad.
¨Vas a estar bien?
-Sí.
Han pasado ya 15 días y en este tiempo me han pasado muchas cosas.
Y, por primera vez en mi vida, todas buenas.
-Me alegro.
¨Sabes una cosa?
La vida suele ofrecer, bueno, alguna que otra vez, momentos para volver a ser feliz, pero solo alguna que otra vez.
O sea, que hay que saber aprovecharlo.
-Don Alberto está a punto de llegar.
-Ah, muy bien.
-[inaudible].
-Doña Blanca, el ramo de doña Cristina.
-Gracias.
-Le sienta muy bien.
Lástima que tenga que entregarlo.
-U ltimamente le noto mucho más animado.
¨A qué se debe ese cambio de humor?
-Convendrá conmigo, doña Blanca, en que después de todo lo que hemos pasado en estos últimos meses el hecho de que las galerías sigan abiertas, que al hijo de don Rafael se haya casado y siga al frente del negocio, pues bien merece una pequeña celebración, ¨no?
Atentos por favor.
Atentos.
Formen fila haciendo pasillo frente a la entrada.
El personal de tienda a la derecha y el personal de taller a la izquierda.
¨Mh?
Por favor.
Ahí.
Eso es.
Ya están aquí.
[♪ Laurent Lombard: "My heart"] -Don Alberto.
-Emilio.
-Doña Cristina.
-Hola.
-Permítannos darles la bienvenida en nombre de todos cuantos trabajamos en esta empresa.
-Muchas gracias.
-Muchas gracias.
-Comienza para ustedes y para Galerías Velvet una nueva etapa.
Una etapa que deseamos sea brillante y espléndida, tanto para sus vidas como para la historia de esta casa.
-Muchas gracias, Emilio.
-Gracias.
-No nos esperábamos este recibimiento.
Si lo llego a saber hubiera venido antes de la luna de miel.
-¨Cómo?
No, eso sí que no.
-Emilio tiene razón, esta es una nueva etapa para Velvet.
Así que de mi parte y de parte de mi mujer, muchas gracias.
[aplausos] [♪ Steve Martin: "New York love afair" ] -Por los aplausos, parece que Alberto y Cristina acaban de llegar.
¨Sabes lo que significa eso?
no voy a tener que seguir fingiendo mi relación con Ana.
-Claro.
No sé cómo he podido olvidarme.
¨-Estás preparada para salir de la clandestinidad, clara con sobrada experiencia?
-Sí, estaría encantada si no fuera porque voy a convertirme en Clara con sobrada barriga.
-¨Todavía no te ha venido el...?
-¨El periodo?
No.
-Eso es absurdo.
-No, no es absurdo, es muy serio y tú puedes seguir haciendo como que esto no está pasando pero está pasando y mucho.
-Clara, estás nerviosa y eso te está provocando el retraso.
Y como tienes un retraso te estás poniendo más nerviosa todavía.
Lo que tienes que hacer es relajarte.
Relájate por favor, Clara.
-No sabía que eras médico.
-Lo que no quiero es... Mira, ahí están.
Que no cunda el pánico.
La pareja de moda.
-Bienvenidos.
-Mateo, ¨cómo estás?
-Yo muy bien.
¨Feliz?
-Sí y muy contento de estar aquí otra vez.
-Estás guapísima, Cristina.
-Gracias Mateo.
-¨Cómo estaba Roma?
-[habla en italiano] -Tú sí que eres bella.
-Tienes que llevar a Ana.
Bueno, eso es un tema que... -Mateo, mejor vamos dentro y me enseñas los bocetos de Raúl.
Estoy deseando verlos.
-Es un tema que... -Si os vais a poner a hablar de trabajo yo me voy que tengo muchas cosas que hacer.
Clara, ¨podrías enviar a alguien al coche a que me recoja el vestido, por favor?
-Sí.
-Gracias.
[habla en intaliano] ¨Quieres una?
-No.
-Toma, bebe.
La vas a necesitar.
-¨Qué pasa?
Hemos tenido problemas.
No hemos querido decirte nada para no fastidiarte la luna de miel, pero De la Riva no firmó su contrato.
-¨Cómo?
-Ha desaparecido.
Nadie sabe dónde está.
-Me extrañó no verle en la fiesta.
Nadie sabe nada de él.
-¨Hablabais de De la Riva?
Hablabais de De la Riva.
-Sí, estábamos hablando de él.
-Es un impresentable, Alberto.
Se echó el órdago con eso de trabajar gratis y seguro que ha tenido una oferta de otro sitio y nos ha dejado vendidos por cuatro pesetas.
Esto se veía venir.
-Permíteme que lo dude, Enrique.
Raúl estaba interesado en relanzar su carrera.
Esta era su gran oportunidad.
Ese mamarracho casi nos hunde con su colección, así que vamos a olvidarnos de él.
Casi que nos ha hecho un favor.
-No me puedo creer que nadie me haya avisado de este incidente.
Esto es importante para las galerías.
-¨Y oír como mi hermana me dice que le ha arruinado el viaje de novios?
No muchas gracias.
No perdamos más el tiempo con esto.
Perdona, Enrique, ¨qué haces?
-Lo que se supone que es tu trabajo.
Buscar nuevo diseñador.
-No, no, no.
No es mi sitio.
Es mi silla.
-Ah, bueno, como comprenderás tenía que encontrar algún sitio donde instalarme.
No me mires con esa cara.
Tenéis la sala de juntas para reuniros.
-Creo que te estás equivocando, Enrique.
Yo soy el director de estas galerías.
-Y yo soy el dueño.
¨O te tengo que recordar quién tiene mayor paquete accionarial?
Tenemos siete plantas y el sótano.
Te puedes instalar donde tú quieras.
-Mira... -Tranquilo, tranquilo.
Acabas de llegar de tu luna de miel.
-Las cosas no se hacen así, Enrique.
-Dime Clara.
-Ha llegado la visita que esperaba.
-Puntualidad británica.
Qué pase.
Y hazle caso a tu amigo.
Relájate que tenemos visita.
[puerta se abre] -Don Enrique.
[♪ música suave] -Buenos días.
-Aunque ahora no tengamos una gran carga de trabajo eso no quiere decir que vengan aquí a descansar.
Les recuerdo, señoritas, que se les paga por trabajar.
hasta que llegue un nuevo diseñador seguirán con los encargos que ya estaban en marcha.
-Doña Blanca.
Perdone.
¨Se sabe algo del señor De la Riva?
-No hemos tenido noticias suyas desde la boda de don Alberto.
Y, a estas alturas, dudo mucho que volvamos a tenerlas.
-De la Riva desaparece de la noche a la mañana y nada.
Si te he visto no me acuerdo.
-Uy, Rita, tienes visita.
-Buenas tardes, rubita.
Mucha faena.
-¨Qué haces aquí?
-Trabajo aquí.
Me han contratado de mantenimiento.
-Pues como te vea doña Blanca se te acabó la bicoca.
Así que hala de vuelta al almacén.
-¨Vas a ir a la verbena?
-No sé.
-Sí, sí que va. -Allí nos vemos.
Recuerda que me debes un baile.
Guapa.
[♪ "Baby I want you"] -Hola.
Yo creo que no hace falta ni que me lo pruebe, ¨verdad?
Con que le subas un dedito el bajo ya está.
Es poquita cosa, pero lo necesito para esta noche.
mera cena es la pri familiar en casa de los Márquez y quiero que esté perfecto.
-Sí, no hay problema.
-Gracias.
Ana.
Mira, te he traído un regalito de Roma para que veas que me he acordado de ti.
-Muchas gracias.
-¨Te gusta?
Venga, póntela.
-Uy, para trabajar no creo que... -Que sí.
Póntela, boba.
A ver, yo te ayudo.
Así.
Que te la vean bien tus compañeras del taller.
Es bonita, ¨eh?
-Muy bonita.
Gracias.
-Ana, quería pedirte disculpas por lo que pasó el día de la boda.
Fui muy brusca contigo.
Es que estaba muy nerviosa y lo pagué con quien menos se lo merecía.
-No pasa nada.
-Gracias.
Qué cosas, ¨no?
Tantos nervios Y al final ya ha pasado todo.
Hemos vuelto del viaje de novios que ha sido fantástico, ya estamos aquí.
-Bueno, por cierto, que te quería invitar esta noche con Mateo a la cena en casa de Alberto.
Uy, en casa de Alberto.
En mi casa.
Qué raro se me hace.
-Supongo que aún no lo sabe.
Mateo y yo ya no somos novios.
-Pues qué disgusto me das.
Hacíais una pareja preciosa.
Qué ha pasado?
-Simplemente se acabó.
Y si no le importa preferiría no hablar del tema.
s por la pulsera, pero me tengo que ir.
-Claro.
Cariño.
-Gracias, Clara.
Estamos reunidos, Cristina.
-Perdona, perdona.
Sólo venía a decirte que ya me voy a casa, pero que vengo esta tarde a por el vestido.
-Muy bien.
Vale.
Oye, una cosa.
¨Tú sabías que Mateo y Ana han roto?
-Cariño, no es momento para eso ahora.
-Tenemos que hacer algo.
-Adiós, Clara.
-Adiós.
-Perdón.
-Como estaba diciendo, gracias aquí a Carlos, las Galerías Velvet van a poder remontar el vuelo.
Y no tanto por su condición de piloto como por que mantiene una estrecha amistad con el señor Jaime Ortega.
-Es el propietario de Aerolíneas Airsa.
-Muy bien.
-Las aerolíneas viven un momento paralelo a vuestras galerías.
Necesitan actualizarse.
Dar una nueva imagen acorde con los nuevos tiempos.
-Y ahí es donde su camino y el nuestro se van a unir.
Gracias a la intermediación de Carlos, las Galerías Velvet van a tener el honor de diseñar los nuevos uniformes de Aerolíneas Airsa.
-No me lo puedo creer.
-A mí no me mires.
Yo me acabo de enterar.
-Carlos, eh... ¨Era Carlos, verdad?
Agradecemos mucho tu interés y que hayas lidiado con tu jefe, ero ha habido un error.
-Alberto... -Ha habido un error, Enrique Aquí no diseñamos trajes de azafatas.
Diseñamos alta costura.
visto, -Visto lo será mejor que os deje solos.
-Siéntate.
No quiero que te lleves una impresión equivocada.
-No, por favor.
Agradecemos mucho tu interés pero no lo vamos a aceptar.
-No lo entiendes.
Ya tenemos un compromiso cerrado.
-¨Perdona?
-Sin duda os dejo.
-Te acompaño a la salida.
-Gracias, Carlos.
Que sea la última vez que me menosprecias delante de nadie.
Sobre todo si ese alguien nos va a conseguir un acuerdo millonario.
-Mira, Enrique, estas galerías son glamour, exclusividad, alta costura.
A mi padre le costó 30 años conseguir esto.
-Tu padre dejó un prestigio tan grande como su deuda.
Y esta gente nos va a ayudar a resolver los problemas.
Esos mismos problemas que tú no fuiste capaz de salvar con la colección de De la Riva.
-Mira, Enrique, tengo una colección que sacar, ni siquiera tengo diseñador y no me voy a poner a perder el tiempo en trajes de azafatas.
-Por eso no te preocupes, de la colección me voy a encargar yo.
Tú te vas a ocupar de las aerolíneas.
-Pero tú te has vuelto loco.
-Mira, no voy a discutir contigo.
Entre mis votos, los de Gloria, y los de Patricia, tengo el control de las galerías.
Te estoy brindando una oportunidad.
Yo que tú no la desaprovechaba.
[puerta se abre] -Clara, llame a Gloria y a mi hermana y dígales que quiero verlas cuanto antes.
Y deje todo lo que está haciendo y localice a Raúl de la Riva, por favor.
-¨Cómo?
¨Dónde le localizo?
-Busque en los hoteles de Madrid y de París.
-¨Qué empiezo mejor por París o por Madrid?
-Me da igual, pero encuéntrelo, por favor.
-Hecho.
-Llama también a su familia.
Puede que no le tengan mucho aprecio, pero igual saben dónde está.
-Gracias.
[puerta se cierra] Voy a por los listines.
-¨Me puedes explicar qué es lo que ha pasado?
Porque te pedí expresamente que no le quitaras ojo de encima.
-Es lo que he hecho.
-Ah, es lo que has hecho.
Muy bien, pues explícamelo.
Explícamelo, por favor, porque acabo de llegar de vacaciones y le habéis dado la vuelta a todo.
-Es el máximo accionista, Alberto.
Puede hacer lo que le dé la gana.
No necesita consultarme para hacer nada.
¨Sabes qué?
Puede que tenga razón.
-¨Ah, sí?
Muy bien.
-Sí.
Las aerolíneas pueden ser la solución perfecta para todos nuestros problemas.
Eras tú quien querías abrir la moda a otros sectores -A otros sectores que tengan que ver con la exclusividad, con el glamour, con la alta costura.
¨Qué pasa?
¨Que no lo has entendido todavía?
!
Te lo tengo que explicar!
-Lo siento.
Lo siento.
Tienes razón.
Lo siento.
Tengo la cabeza en otro sitio.
-Pues olvídate de líos de faldas ahora, Mateo, porque esto es lo más importante.
-Puede que Clara esté embarazada.
-¨Vas a ir a la verbena esta noche?
Clara.
-No sé, ¨qué verbena?
-¨Cómo que qué verbena?
Si no te has perdido una desde que vinimos a Madrid.
A ti te pasa algo.
No, que estoy cansada.
No tengo ganas.
-Clara, que soy yo, mujer, esfuérzate.
Normalmente mientes mucho mejor.
-Pero no se lo digas a nadie.
-No me lo puedo creer.
-Ni yo.
-¨Tú te imaginas a mí con un crío?
-Madre del amor hermoso.
-Eso digo yo.
-Pues Mateo tiene que apechugar que no se puede ir por ahí dejando embarazada a la gente.
-¨Qué?
-Lo mismo me decías tú a mí con Cristina.
-No es lo mismo.
-Pero tú a Clara ¨la quieres?
-Yo creo que me quiere.
-Vas a ser padre, Mateo.
-Ser madre todo el mundo dice que es lo mejor que te puede pasar en la vida, ¨no?
-No te das cuenta de que va a ser lo más bonito que vas a vivir en la vida?
-Aunque, bueno, engordas y se te deforma el cuerpo.
-No he sido padre pero sí hijo y bastante cabroncete.
-Prepárate que nosotras somos muy de retener líquidos.
Ya verás los tobillos.
-Es que los críos y yo no... -No es un crío es tu hijo.
-Y es un hijo fruto del amor.
-Olvídate de la herencia.
-¨Por?
-No pretenderás tener un hijo y no pedirle que se case contigo?
-Yo no quiero casarme.
-Yo no quiero casarme.
-Pídeselo, Mateo.
Ella lo estará esperando.
-Pues... -Doña Blanca.
-¨Qué ocurre, Maximiliano?
-Hay un cliente que quiere ser atendido por Ana.
Dice que la espera en los probadores.
¨Qué le digo?
-¨Es un cliente nuevo?
-Al menos yo no lo he visto.
-Ana, Luisa, vengan conmigo.
-¨Me contaréis?
-Buenos días.
-Buenos días.
Permítanme que me presente.
Soy el señor A lvarez.
¨Y quién de ustedes es Ana?
Ana es ella.
Y yo soy Blanca Soto, la jefa del taller.
-Encantado.
He escuchado grandes alabanzas de su empleada y quería comprobarlo en primera persona.
-Pues verá, hay un pequeño inconveniente.
En Galerías Velvet no hacemos ropa para caballero.
-Oh, ningún problema, si no vengo por mí sino por mi novia.
-En ese caso le dejo con su recomendada Ana y con Luisa.
-Doña Blanca, es usted muy amable.
Encantado, Luisa.
-Ana.
-Pues usted dirá.
-Tiene sus tallas, sus medidas.
-Ah.
Pues es... rellenita.
bastante gorda, pero a mí me encanta.
Es una gordita preciosa.
e esto no le sirve de mucho, ¨no?
Los hombres somos muy malos con esto de las medidas.
-¨La altura?
-Altura... Poca.
Es, es bajita.
Sí.
Perdón, Ana, ¨usted cuánto mide?
-Yo.
-Sí.
-Uno sesenta y... -¨Podría darse una vuelta?
-Claro.
-No, no.
Sí, mi novia andará por un metro cuarenta.
Cincuenta, como mucho.
Vamos.
-Bueno, creo que ya nos podemos hacer una idea de cómo es.
-Si tú lo dices.
-Luisa, ¨por qué no vas a buscar los catálogos?
Que lo mismo ahí encuentra algo que le guste.
-Claro.
-Mi novia es muy tímida, ¨sabe?
Y lo que tiene de bajita lo tiene de callada.
Y lo que tiene de sobrepeso Lo tiene de misterio.
Y yo estoy deseando descubrirlo.
-Ya, pero tú y yo solo somos... -Amigos.
Lo sé.
Pero no pasa nada.
Yo voy a estar siempre aquí, esposado en este probador.
No me voy a mover.
-Aquí están.
-Creo que no hará falta, Luisa.
El señor... -A lvarez.
-...A lvarez nos va a traer un vestido de su no novia.
-Ah, muy bien.
Pues entonces se lo puedo traer yo ahora mismo.
-¨Cómo dice?
-El vestido, que puede ir a la habitación de Ana y traérselo en este momento.
Que no soy tonta, pero, bueno, !
qué emoción!
!
Qué ganas tenía de conocerle!
-No, no más que yo de conocer a sus amigas.
Ana es un hueso duro de roer, ¨eh?
venir usted a a la verbena con nosotras?
-Luisa.
-No, bueno, a lo mejor quiere acompañar a su novia.
-No creo que pueda.
-¨Qué verbena?
-La de San Antonio, pero va a ser una noche muy de chicas, así que quizá otro día.
-Otro día quizá.
Bueno, si ella no quiere pues nada.
Un placer -Igualmente.
-¨Pero cómo se te ocurre invitarle?
-Y a ti cómo se te ocurre no presentarnos a este hombre tan tan... -Tan nada.
Anda, venga, vamos.
¨Qué tenéis?
-Ah, pero qué encantó.
-¨Habéis visto con quién me acabo de cruzar?
-¨Quién?
¨El piloto?
Es Carlos el novio de Ana.
-Que no es mi novio.
-¨Qué?
Pero cómo puedes negarle.
Ese hombre debería ser el novio de todas las mujeres de este país.
Debería dejarnos a todas en casa con su avión una a una.
-Qué exagerada eres.
-Oye, ¨tiene hermanos?
-Isabel.
¨Quieres tomar algo?
Por favor... -Una soda por favor.
Qué caballero eres.
Bueno, no te puedes imaginar la de vueltas que he dado en el metro.
Me he bajado dos paradas antes de llegar y he venido andando.
Es que esta ciudad está cambiadísima.
Yo necesitaría dos vidas para poder acostumbrarme.
¨Tú has visto la cantidad de coches que hay?
Pero qué te estoy contando a ti, Emilio, que vives a un paso de Callao.
-No, la verdad es que no necesito despertador.
-Alberto ha vuelto de su viaje de novios.
-¨Cuándo?
-Esta mañana.
-¨Está feliz?
-Sí, se le ve feliz.
-¨Sí?
-Sí.
¨Qué piensas hacer?
-Es el momento de pisar esas galerías y conocer a mi hijo.
No.
¨Qué me vas a decir?
[risa] ¨Por qué te ríes?
-Me río porque te iba a decir que si te parece bien te acompaño a ver las galerías.
Isabel, eres la mujer más valiente y más testaruda que he conocido.
Sería inútil intentar detenerte así que prefiero ponerme a tu lado.
-En ese caso... llévame de compras aunque no nos gastemos ni una peseta.
Gracias.
-Gracias.
Aquí la tienes.
Mi vida, digo.
Las Velvets son mi vida.
Para Raphael fue uno de esos sueños... -Yo también los tuve.
Solo que a mí él me dejó en la isla, me abandonó por otra mujer y me robó un hijo.
-Sí, no puedo decir... -Don Emilio, perdone, hoy es la verbena de San Antonio y nos preguntábamos si podríamos llegar un poco más tarde.
-Sí.
Puede que me eche la llave... ¨una hora más tarde, mh?
-Así que hoy es San Antonio.
-Sí, señora.
San Antonio El patrón de la... -No me lo digas que he sido modista toda mi vida, Emilio.
Claro que a mí lo de los alfileres nunca me funcionó.
-Buenas tardes.
-Buenas tardes.
¨Sube?
-Sí.
[♪ música suave ] -Buenas tardes.
-Buenas tardes.
Aquí vendemos glamour, vendemos exclusividad, alta costura, no vendemos ropa de trabajo, porque si no ¨qué va a ser lo próximo?
¨Saldo de temporada?
-Sí, Alberto, comprendo tu preocupación.
Es encomiable.
-Muy bien, entonces estamos todos de acuerdo.
-No, es demasiado dinero como para dejarlo escapar.
Sería un grave error y ya se han cometido demasiados.
-Patricia, tú estás en la tienda, tú conoces a nuestras clientas, tú sabes cómo funciona esto.
-Creo que Alberto tiene razón.
-Pero sería un problema menor.
-No lo es.
-Se trata de uniformes para azafatas que no son exactamente chachas.
-Acuérdate del sueño de papá, Patricia, no podemos permitir que Enrique se haga con el control.
-Enrique ya tiene el control.
Te recuerdo que se lo vendiste tú a su padre en el mayor acto de imprudencia que se ha cometido jamás en estas galerías.
-¨Patricia, tú qué opinas?
-Creo que tienes razón.
Enrique no debería tomar este tipo de decisiones.
Alberto sigue siendo el director.
[suspiro] Don Enrique.
¨Puedo hablar con usted un minuto?
-Claro.
a me ha contado Alberto tus planes para las galerías.
-Qué considerado.
-¨Pero tú quién te crees que eres?
Velvet no debe hacer esos uniformes.
Pruébate este.
-Pensé que eras más inteligente.
Lo de los uniformes es completamente irrelevante.
Esa no es la verdadera cuestión.
La cuestión es saber quién y cómo va a dirigir estas galerías.
Piensa en cómo te han tratado hasta ahora.
Yo cuento contigo.
Para todo.
Tienes una sensibilidad especial para la moda.
Algo de lo que yo carezco.
Me llevaré este.
-Mh.
-Si apoyas mi proyecto te daré algo que no te ha dado nunca nadie.
La posibilidad de participar en el diseño de la colección.
-Solo soy una dependienta.
Aquí tiene.
-Conmigo tú vas a ser lo que quieras ser.
¨Qué te parece?
-Me parece que tendrías que empezar a mirarme a los ojos.
Del cuello para arriba hay algo más.
-Piensa en lo que te he dicho.
-¨Estás bien?
Isabel, ¨estás bien?
-Creí que sería más sencillo, pero cuando he tenido cerca a mi hijo, no... -No es un paso sencillo de dar.
Tómate el tiempo que necesites.
-Emilio, en pocos días tengo que volver a Cuba.
Parece tan buena persona.
tengo derecho a cambiar su vida por completo.
-No pienses en eso ahora.
Tómate tu tiempo.
Hazme caso.
Qué te parece si te invito a la verbena?
Ha sido un día de muchas emociones.
No te vendrá mal un baile o incluso dos.
-Ay, no sé si hoy yo soy una buena compañía.
-Tú eres siempre la mejor de las compañías.
Y, además, si no recuerdo mal, solías ser el alma de las fiestas.
¨O no, mh?
¨Vamos?
[risas] -Al final lo dejé con Clara.
No lo dejé con Clara por Rita.
No, lo dejé porque Clara es mucha mujer.
Y, claro, ella es mucha mujer y yo soy muy poco hombre.
Pero al final, claro ante una mujer tan bonita y tan preciosa y tan grande como ella Pues yo me hago pequeñito pequeñito, pequeñito, pequeñito.
Me cierro, me cierro, me cierro.
Me callo, me callo, me callo.
Y si ya de natural soy callado, pues imagínese.
-No me diga.
-Sí.
-Ya estamos en Hendaya.
-Hendaya.
Todavía queda mucho.
¨Quieres un poquito de bocata?
No, es chorizo de mi pueblo, pero se puede comer.
-No, muchas gracias.
Yo me bajo aquí.
-Pues es una pena.
Con lo bien que lo estamos pasando aquí hablando.
Entre Rita-Clara, Clara-Rita.
-De verdad Yo me lo he pasado.
A ver si nos vemos por estos mundos.
Ha sido un placer.
¨Cómo se llamaba?
-No le he dicho mi nombre.
-¨Ah, no?
Pues es una pena.
Le acompaño a la puerta.
-Hola, buenos días.
-¨Es usted también español?
No me lo puedo creer.
Qué alegría de viaje.
No sabes la felicidad.
Si quieres se lo guardo yo.
No se preocupe, soy recadero y lo hago muy bien.
Siéntese por favor.
Coge, coge.
Coge asiento.
Coge asiento.
Pedro Infantes.
[habla en francés] -No no, no, no, no, no.
Que si está ahí De la Riva.
De la Riva, como quiera... No, no, no, no, no, no me cuelgue.
Ay, qué desastre, Rita.
Tengo que volver a llamar.
-Espera, espera.
Tómate un descanso y echa un vistazo a esto.
Anda, vete eligiendo un vestido.
-¨Y qué es esto, Rita?
-Que te tienes que casar, Clara.
Si apareces en el pueblo con el bombo a madre le da un patatús.
Padre coge la escopeta y es capaz de venirse andando hasta Madrid a por don Mateo.
-Rita, este no es el sitio para hablar de ello así que llévatelo inmediatamente.
-Mejor ahora que no cuando estés con... Con lo presumida que tú eres no vas a querer lucir tripita.
o, y encima vestida de blanco que más que una novia voy a parecer un barco.
¨Lo ves?
Ya me estás liando.
Que no me quiero casar.
Te aseguro que, en este momento, es lo que menos me apetece.
-El padre de la criatura.
-Señoritas.
[puerta se cierra] Qué sorpresa verla por aquí, Rita.
-He venido a darle algo a mi hermana, porque Clara es mi hermana, ¨sabe?
-Sí, es algo de lo que estoy al tanto.
Sí.
¨Algo importante?
-No.
-Sí.
Ahora a lo mejor no, pero en un futuro quizás sí.
Pero no se preocupe que yo ya me iba, Mateo.
Quiero decir, don Mateo.
-¨Vas a salir?
Que lo digo por si llama alguien preguntando por ti.
-Sí, voy a hacer un recado.
Vengo ahora.
[♪ música divertida ] -Blanco... -Si quieres vete tú a la otra mesa y lo hago yo.
-Ignacio, ¨podéis atenderme un momento, por favor?
-Sí, por supuesto, don Mateo.
-Mira a ver, eh... -Ignacio, don Emilio te estaba buscando.
Si no le importa, señor Ruiz, le atiendo yo.
-Sería un placer, pero es que no quiero que Ignacio pierda su comisión.
No es justo.
-Será toda suya.
Es un favor entre compañeros.
Pues usted dirá.
-Bien.
Eh, no es para mí, es para un amigo.
Me ha pedido un favor.
No tiene mucho gusto.
E l iba a comprometerse con su... -¨Novia?
-¨Es eso?
Sí.
Bien.
-Pues valiente compromiso el de tu amigo si te manda a ti sabiendo que tu gusto deja mucho que desear.
-Patricia, eso depende de para qué, ¨no crees?
-Qué te parece este?
-Perfecto.
Bien.
-Aunque a lo mejor el compromiso de tu amigo no va demasiado en serio y no quiere gastarse tanto dinero.
-Al amor no se le pone precio.
Eso es lo que ha dicho él.
Mejor este.
-Vaya, como su amigo quedan muy pocos.
-Créeme, sí, muy pocos.
Están en peligro de extinción.
-Pues aquí tiene.
Y, Mateo, deséale suerte a tu amigo.
Algo me dice que su novia la va a necesitar.
-Patricia, se puede devolver, ¨verdad?
-En cuanto termine el turno a ponerse guapas que luego os enredáis y llegamos tarde.
-Que sí.
-¨Vas a ir a la verbena esta noche?
-Por supuesto.
Y pienso sacaros a bailar a todas.
-Eso será cuando termine sus tareas.
Le recuerdo que por muy San Antonio que sea usted tiene que organizar sus pedidos.
Es parte de su cometido.
-Pero, bueno, Doña Blanca, ¨no puede hacerlo en otro momento?
Vamos a salir todos los compañeros.
-No importa, Luisa.
Ahora lo que me pide, doña Blanca.
Bueno, parece que tendré que esperar otro año para esos bailes.
-Lo siento.
-Desde lo del vestido de novia me la tiene jurada.
-Ya se le pasará.
-Eso espero.
Ha llegado esto para ti?
No sé de quién es.
-¨Para mí?
-Uy, uy, uy.
Algo me dice que eso viene de las alturas.
-¨Cómo lo habrán traído?
¨En coche o en avión?
-No empecéis.
-¨Qué es?
-A ver.
Ay, son barquillos.
-!
Qué ricos!
Venga, qué dice que nos tienes en ascuas.
-"Si cambias de opinión podemos tomarlos juntos esta noche.
Carlos".
Y su número de teléfono.
-Guapo y dulce.
Este chico lo tiene todo.
-Ana, le tienes que pedir que venga.
Os he visto en el probador y hacía mucho tiempo que no te veía esa mirada.
-La verdad es que Carlos es muy simpático y con él todo es fácil y divertido.
Pero me da mucho miedo llevarme otra decepción.
No quiero hacerme ilusiones.
Aun tengo a Alberto aquí y quiero ir muy despacio.
-Lo que importa es que vas.
Eso ya es un mundo.
-Alberto, quiero que le eches un vistazo a esto.
Son los diseños antiguos de los uniformes de las aerolíneas.
-No hace falta, Enrique.
No creo que tu propuesta prospere.
-¨Ah, no?
-No.
Mi hermana no va a apoyarla.
La próxima vez deberías tener en cuenta la opinión de los demás accionistas.
-Clara, pídele a la señorita Márquez que suba por favor.
-¨Este es el pago del primer año?
-Del primer mes.
-Cuándo te vas a dar cuenta, Enrique, de que esto no es una cuestión de dinero?
Mi hermana conoce perfectamente este negocio.
-¨Por qué no le dejas hablar a ella?
Ya es mayorcita.
-Alberto, creo que Enrique lleva razón.
Al principio me preocupaba lo de los uniformes, pensé que perjudicaría las galerías.
Pero me he dado cuenta de que no hay nada que las perjudique más que la ruina.
-No estamos en la ruina, Patricia.
-¨Y si la próxima colección no funciona?
No levantaremos cabeza jamás.
-Al menos habremos actuado con dignidad.
-No hay ninguna dignidad en arruinar el negocio de papá.
-En traicionar su legado tampoco.
-Bueno, pues ya han hablado los accionistas.
Lo siento, Alberto.
Lo siento.
[♪ música triste] [timbre de teléfono] -¨Quién era?
-No era nadie.
Ha sonado tres veces.
Tres.
Y ya han colgado.
-¨Tres?
Hola.
-Hola.
-Hacía tanto tiempo que no me llamabas que no pensé ni que fuera para mí.
-Lo siento, no tenía a quien llamar.
Estoy solo, Ana.
-¨Qué ha pasado?
-Y ahora Enrique puede hacer y deshacer a su antojo, y yo no he llegado hasta aquí para que ese impresentable nos quite nuestro negocio.
-¨Y qué vas a hacer?
-Negarme a hacer los uniformes.
-No puedes.
-Sí que puedo.
Soy el director de las Galerías.
-Y ellos los dueños de todo esto, Alberto.
No puedes enperrarte como cuando éramos niños.
Abre los ojos.
-Sí, lo único que quiere es humillarme.
Es lo único que quiere.
Quiere que haga sus uniformes para humillarme.
-Pero tú no te das cuenta que los uniformes es lo de menos.
Lo que está buscando Enrique es una excusa para poder destituirte.
Y si te niegas lo hará.
No se lo pongas tan fácil.
Si tienes que hacer los uniformes hazlos que no es para tanto.
E l no lo sabe, pero ya has hecho sacrificios mayores.
Lo que tienes que hacer es darle la vuelta a la situación.
ge las riendas y demuéstrale a todo el mundo que tú salvaste las galerías.
-Son uniformes de azafata, Ana.
-No, son trajes para mujeres espectaculares que trabajan rodeadas de señores ricos.
-Ricos.
-Y esos aviones se pueden convertir en los mejores escaparates para estas galerías.
Venga, va. ¨A qué esperas?
Todo va a ir bien.
Gracias, Ana.
[♪ música alegre] Mateo, coge los informes de las aerolíneas y ven conmigo.
-¨Qué pasa?
-Clara, avisa a don Emilio y dígale que quiero verle en el taller.
-Ahora mismo.
[♪ música alegre] -Muchas gracias por venir, don Emilio.
Doña Blanca, ¨podría hablar con todas ustedes, por favor?
-Claro.
Señoritas, dejen todas lo que están haciendo.
-Muchas gracias.
Como saben vivimos momentos muy difíciles.
Ahí fuera las cosas están cambiando.
Por eso decidimos abrirnos a nuevos mercados.
as Airsa,aerolíne que todas ustedes conocen, nos han elegido para diseñar sus nuevos uniformes.
Ana, por favor, reparte esto.
Es muy posible que alguna de ustedes esté pensando que solo es ropa de trabajo.
Muy bien.
Cada una de ustedes, cada uno de nosotros tenemos que conseguir convencer a todo el mundo de que esas azafatas son los mejores maniquíes para hablar de nuestro talento.
Y que esos aviones son el mejor escaparate para hablar de Galerías Velvet.
Para ello vamos a contratar varios diseñadores.
Unos se encargarán de la nueva colección y de los pedidos.
Otros se encargarán de los uniformes.
Tendremos que dividir el taller en dos.
Doña Blanca, usted se encargará de establecer los grupos, y fuera necesario contrataríamos una nueva jefa de taller.
Ya lo han oído, señoritas.
Va a ser un año duro, pero les prometo que valdrá la pena.
Doña Blanca.
-Ya lo saben, será un año de mucho trabajo.
Dos colecciones y el doble de esfuerzo.
-No digas nada.
Cómo no piensas ir al médico, he traído al médico aquí.
-¨Pero qué dices?
¨Tú estás loca?
¨Cómo vas a traer al médico?
¨Qué quieres?
¨Que se entere todo el mundo?
-Tranquila.
-¨Qué?
Pues, Rita, esto está fatal.
!
Qué asco!
Llevo media hora disimulando en el taller.
Esto es lo mejor, Clara, porque esto es científico.
Le hacen las pruebas a la rana y salimos de dudas.
Garantizado.
-¨Y eso cómo funciona?
sé?
Tiene que ver con la orina, creo.
-¨Y qué hago?
¨Le meo encima o qué?
-¨A ver quién es la bruta ahora?
-Hija, pues dime.
¨Dime qué hacemos?
Igual hay que dárselo de beber y si se muere es que estoy embarazada o no, o es al revés.
Toma, Rita.
Que no, que no, que no.
Que a veces en la vida una tiene que hacer lo que tiene que hacer.
Voy a ir al médico.
Y tú haz el favor de devolver ese bicho.
Iugh.
-Se parece la tía Angustias.
-Como te oiga.
-Sigue tú.
-¨A dónde vas?
-A hacer lo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo.
Y no estar esperando a que mis sueños se hagan realidad.
-Así sí pareces mi hermana.
-Hola.
-Hola, guapa.
-Que ya puedes devolverla a su sitio.
Gracias.
-¨Ya?
-Sí.
He invertido todo mi descanso en ir a por las ranas Manzanares... -Que sí.
-Que sí ¨qué?.
-Que... Que vamos a la verbena, si tú quieres, claro.
-¨Que si quiero?
Allí nos vemos.
-Vale.
-Y, rubita, no te pongas más guapa que deslumbras.
-Estoy que me muero de nervios por llegar a Madrid y ver a Rita, de verdad.
Fíjate que en Alemania me lo he pasado muy bien porque es que a Rosa María y a Manolito les quiero.
Es otra forma de querer también Pero si les soy sincero es que he estado todos los días pensando en Rita y eso algo tiene que ser... No lo puedo creer, se ha quedado dormido.
Valiente maleducado.
Por favor que estoy hablando de mi vida Y encima me cierran los ojos y no me escucha.
Ya no tiene que dar nada Por favor, ¨esto no puede ir más rápido?
¨Qué ha pasado?
¨Qué ha pasado?
No, por favor.
-Señoras y señores, el tren se ha detenido por una avería.
Aún no sabemos cuánto permaneceremos parados.
-No puede ser.
Yo tengo que llegar a Madrid.
Necesito hablar con Rita ya, ¨eh?
¨Dónde estamos?
-Llegando a Villalba.
[♪ música divertida] Pero, caballero, ¨qué hace usted?
-Me tengo que ir.
Yo no me puedo quedar aquí esperando.
Necesito decirle a Rita que la quiero muchísimo.
-Pero, señor, ¨qué está usted haciendo?
-Hombre, como comprenderá, tengo que llegar a Madrid.
Así que, ábreme la puerta.
-Pero ¨usted sabe lo que se tarda en llegar a Madrid caminando desde aquí?
-Sé lo que se tarda, pero no me puedo quedar aquí en el tren esperando.
¨Me abre la puerta o la abro yo?
[♪ música divertida] -Gracias, Rosa.
-¨Hay novedades?
-Raúl de la Riva no aparece.
-No, no, me, me refiero a lo otro.
-¨Tú qué crees?
Y como estoy de los nervios, voy a ir al médico mañana.
¨Podrás acompañarme?
-Son nervios, en cuanto te relajes... -¨Y si no me relajo?
¨Qué?
¨Vamos a estar así los próximos nueve meses?
¨Y me vas a acompañar o no?
Mira, Mateo, si tu silencio significa que estoy sola en esta historia, que no te atreves, me lo dices y yo... -No, no, no.
No, no.
No.
Estamos juntos en esto.
Lo que pasa es que yo... a mí esto... -Son nervios, en cuanto te relajes... -¨Cuándo es la cita?
-De nuevo por aquí, señora Márquez.
-Señora Márquez.
Me gusta como suena.
Sí, he venido a recoger un vestido, pero antes quiero ir a ver a mi marido.
¨Le podría decir a su sobrina que me lo suba?
Estaré en el despacho de Alberto.
-Por supuesto.
-Gracias.
-¨Mateo con Clara?
-Sí.
-No.
-Con tu secretaria, aquí en las galerías.
Vamos, no me extraña que Ana no quiera ni hablar del tema.
Es que tu amiguito es imposible, ¨eh?
-Perdón.
Siento molestar, pero como no está Clara afuera.
-Ya, no está.
Lo sabemos.
Pasa, pasa.
-Aquí tiene.
-Gracias.
-Muchas gracias.
-Yo me tengo que ir.
[puerta se cierra] -Ni se te ocurra.
-Sí.
-Cristina.
-!
Ana!
Ana.
-Cristina.
-No.
Eh, creo que hay algo que deberías saber.
-Cristina, por favor.
-Hay algo que tienes que saber.
Mateo y Clara están juntos.
Siento muchísimo que te enteres así, pero creo que es mejor que te enteres por alguien cercano y no que te los encuentres como me los acabo de encontrar yo.
-Gracias, pero ya lo sabía.
-Ah.
Ah, entonces es lo que yo pensaba.
Mateo te ha dejado por Clara.
Pero que sinvergu enza.
-Bueno, la historia no es así, realmente.
-No sabía que iba a estar aquí una remitida esperándonos.
-Pues eso espero, Mateo.
Porque si no, no entendería la falta de delicadeza que demostráis delante de una exnovia y una amiga, Clara.
-Cristina, por favor.
-No, no me voy a callar.
Ana es mi amiga y necesita que alguien le demuestre un poquito de respeto.
-Cristina, déjame que te explique, por favor.
-Sí, lo estoy deseando.
Estoy deseando ver cómo se explica una persona que no tiene ni idea de lo que significa la palabra compromiso, respeto, decoro, decencia... -Cristina, fui yo.
Yo le dejé.
-Bueno, dejar, dejar, fue de mucho acuerdo.
-Le dejé porque conocí a otra persona.
-Hacía tiempo que Ana y yo no sentíamos lo mismo.
-No sé qué decir.
-No tienes que decir nada.
Porque lo que pasa en mi vida privada es cosa mía.
te se enamora, se desenamora y sigue adelante.
No pasa nada.
[♪ Lionel Wedling: "I love a new song"] -Mateo, lo siento muchísimo.
-Olvídalo.
-Lo siento, Mateo.
-Clara... -No pasa nada.
-Lo siento.
Lo siento.
Ana, siento lo que ha pasado.
-Tranquilo, creo que la peor parte se la han llevado Mateo y Clara.
-Menos mal que has sabido improvisar, porque si llega a ser por Mateo y por mi... -No he improvisado, Alberto.
Es verdad, estoy conociendo a otra persona.
[♪ música triste] -Bueno, supongo que estarán las cosas mucho más fáciles.
-Seguro que sí.
Me tengo que ir.
[♪ música triste] -¨Carlos?
Hola, soy Ana.
Sí, sí, los he recibido.
Muchísimas gracias.
Mira, quería preguntarte... ¨al final vas a venir a la verbena?
Sí.
¨Te vienes al Pausa a tomar algo?
Ah, no, claro, es verdad, la vida de casado.
Apasionante vida, no como yo que voy de flor en flor.
Que si Ana que si Clara, que si Clara que si Ana.
-Ana está saliendo con otro chico.
La misma cara se me ha quedado a mí cuando me lo ha contado.
-¨Estás bien?
[timbre de teléfono] -Galerías Velvet.
!
Raúl!
¨Qué ha pasado?
¨Dónde estás?
-Hola, Alberto.
-Hola, mi amor.
-Hola.
-Hola.
Corre, sube a cambiarte que están a punto de llegar.
¨Qué pasa?
-He conseguido hablar con Raúl.
La jugada perfecta de tu hermano.
-No, no seas injusto.
Alberto, Enrique no ha hecho nada.
Es Raúl el que lleva arrastrando el tema de plagio durante mucho tiempo y... -¨Cómo sabes lo del plagio si yo acabo de enterarme?
-Alberto, por favor, no te enfades.
Raúl me lo contó.
Vino a hablar conmigo, y, bueno, yo le sugerí que se fuera a París y que lo arreglara.
Me pareció que era lo mejor.
-¨Lo mejor para quién?
-Alberto... -¨Lo mejor para quién, Cristina?
¨Desde cuándo lo sabes?
¨Cuándo te lo dijo?
-El día de la boda.
-¨El día de la boda?
Llevas dos semanas ocultándomelo.
Llevas dos semanas mintiéndome la cara.
-No.
Ay... Alberto, yo... -Atiende a tus invitados.
-Buenas noches.
-Don Emilio, si me permite decírselo, está hecho todo un pincel esta noche.
-Lo que me extraña es no verle a usted esta guisa.
¨Qué está haciendo?
-Bueno, son los últimos... -Sé lo que está haciendo.
Le pregunto que por qué lo hace ahora.
-Doña Blanca quería que las telas estuvieran listas para mañana.
Bueno, el deber manda.
Tómese un chato a mi salud.
-Buenas noches, Maximiliano.
-Buenas noches.
Entiendo que usted no se anima, doña Blanca.
-Otro año será.
-Pero no sé porqué.
Vamos, me parece recordar que es la primer del muchacho, ¨no?
-Si sigue cumpliendo con su deber, quizás el año próximo.
-Doña Blanca, sé que piensa que a este chico hay que atarle corto, pero le sorprendería ver lo que un empleado puede dar de sí, solamente... si se le suelta un poco la cuerda.
¨Mh?
Pruébelo, de vez en cuando, ¨eh?
-Hablaré con él.
-!
Ana!
-No.
-Si vamos a San Antonio, iremos como Dios manda.
-Rita.
-Chitón.
Que el año pasado ya me quitaste la idea, de este no pasa.
Cuando vuelva te lo quiero ver puesto.
-!
Chulapa!
[♪ música triste] -Mira, mira, se ha quitado el luto.
-Luisa.
Está preciosa.
-Perdonad el retraso.
-!
Uh!
pensando,que estáis pero no puedo seguir así.
El luto es como una losa y no va a devolverme a mi Juan.
-¨Pero qué va a decir la gente?
-Pues que digan misa.
Si cada uno se preocupara de lo suyo, nos iría mejor a todas.
-Exactamente.
Que estás guapísima, Luisa.
-Y vosotras más.
-Bueno, pues si ya estamos todas a la Florida.
-¨Trajiste los alfileres?
-Sí.
-Pero no me digáis que todavía creéis en esas cosas.
-¨Tú no?
-No.
Mira el año pasado que se te pegaron todas a las maniquetas.
¨Has comido algún colín?
-Pero porque no he querido.
Pero este año va a ser muy distinto.
Muy distinto para todas.
-!
Ea!
-Pues venga, vámonos.
-Vámonos.
-Esto está llenísimo.
-A mí mientras haya churros... -Eso parece un antojo.
-Vamos a la pila de alfileres.
A ver cuántos novios nos salen este año, ¨eh?
!
Qué nervios!
Muero de la intriga.
-!
No, no, no!
-!
Uh!
Aquí hay mucha costurera soltera.
-Mira todos los que hay ahí dentro.
-Oye, ¨echamos los nuestros?
-A ver qué tal.
¨Y si se me quedan pegados los 13?
¨O más?
-Deja eso, rubita.
Que tú no necesitas pegarlos.
Si quieres un novio, servidor.
Señoritas.
-Caballero.
-Bueno, ¨qué?
¨Quién va?
-Tú.
-¨Yo?
-Sí.
-!
Seis!
-Pero como voy a tener seis novios este año, esto es una barbaridad.
Es imposible.
-Va a ser que San Antonio anda un poco despistado.
-Bueno, me toca, ¨no?
-Dos.
-¨Y ahora me toca a mí?
-Carlos, ¨has venido?
-Claro, yo también quiero que San Antonio me diga cuántas novias voy a tener este año.
Y por lo pronto veo a cuatro posibles candidatas.
-¨Perdón?
-A tres, a tres.
Lo siento.
-Bueno, chicas, él es Carlos.
Carlos, Luisa.
Ya la conoces.
Rita, Clara, y Adolfo, un amigo de Rita.
-Adolfo, amigo de Rita, yo soy Carlos, amigo de Ana.
[♪ música de jazz] -Buenas noches, Mateo.
Un gu isqui, por favor.
-¨Qué haces aquí?
Tu primera noche después de la luna de miel y ya me estás echando de menos.
-Cristina lo sabía todo.
-¨Cómo que todo?
-Todo.
De hecho, fue ella la que le dijo a Raúl que se fuera a París.
E l le contó que tenía un juicio por plagio y ella le aconsejó que se marchara a solucionarlo.
-Esto de Cristina tiene unas cosas que... -¨Sabes qué es lo que más me molesta?
Que no me ha dicho nada.
No me podía quedar a la cena a hacer el paripé.
-Normal, yo tampoco me quedaría.
Voy a hacerte caso.
Voy a pedirle a Clara que se case conmigo.
Le he comprado un anillo y todo.
¨Quieres verlo?
¨Te gusta?
-¨Estás seguro?
Pues vete a buscarla.
Vete a dárselo.
Me alegro por ti.
Suerte.
-Bueno, ¨y tú qué?
¨Cuándo vuelves a volar?
-La semana que viene.
-No sabes la envidia que me das.
-Las pirámides en Egipto, las cataratas de Iguazú, mi ciudad favorita, Nueva York.
De pequeño me encantaban las películas de gángsters.
Le decía mi madre siempre: "Mamá, yo quiero ir ahí, a la Gran Manzana esa".
Y ella siempre respondía: "Pues hay que cruzar medio mundo, como no te hagas piloto".
Y ahora, cada vez que voy con ella al mercado, me saca los colores delante de las vecinas.
-Es normal que esté orgullosa.
Si yo pudiera... -¨Cómo si yo pudiera?
¨Puedes?
Tienes toda la vida por delante.
¨Qué quieres hacer?
-No sé.
-Eso no es una respuesta.
-Bueno, hacemos una cosa.
Bailamos otra vez y si no me pisas ni una sola vez, te lo cuento.
-Hecho.
-Venga.
[tos] [habla en alemán] -!
Eh!
-Pedro, ¨qué dices?
-Buenos días.
Bueno, sé que es de noche, pero es que en alemán es lo único que aprendí a decir.
-¨Qué tal?
¨Cómo ha ido?
-Puf, muy bien, muy bien.
Manolito, este ha hecho un fenómeno, de verdad.
Bueno, ya veo que me voy un par de semanas y me quitan el puesto, ¨no?
-Cuando quieras te lo devuelvo.
-Mañana.
Mañana ya.
Y ¨dónde están todos?
-En la verbena de San Antonio.
-Ah, es que es hoy la verbena, es verdad.
Bueno, vamos para allá, ¨no?
-No, no puedo.
Tengo que hacer de recadero.
No sé si te suena.
-Ah, no sé, no sé cuál es ese puesto, la verdad.
¨Sabes si ha ido Rita?
-¨Rita?
Sí.
-Ha ido Rita.
¨Me puedes guardar esto en la habitación?
Max, eres un amigo de corazón, de verdad.
!
Disfruta mucho de los paquetes!
-Sí, sí ha ido, pero ha ido, pero... Pedro.
[risas] [voces indistintas] -¨Don Emilio?
-!
Pedro!
-Bueno, me voy y esto es el mundo al revés.
Usted es una verbena, ¨eh?
-Usted sigue siendo el mismo Pedro de siempre, ¨eh?
-Sí.
-Bienvenido.
¨Qué es su hijo?
¨Cómo está?
Pedro, ¨se encuentra bien?
Aunque parezca humanamente imposible, le encuentro más inquieto todavía que cuando se fue.
-Es que voy.
Se lo voy a decir hoy a Rita.
Yo no voy a esperar más.
Hoy se lo digo de verdad.
-Me ha parecido verla por ahí.
-¨En serio?
-Sí.
-Déseme suerte, por favor.
-Suerte.
-Gracias, don Emilio.
-Suerte.
-Gracias.
-Suerte.
Bueno, honestamente... -Quien tiene percha nunca la pierde, ¨eh?
-No, no.
Los años no pasan en vano.
-Te voy a poner esto.
Ahí en el ojal.
Y así está perfecto.
-¨Vamos?
En La Habana no había verbenas, ¨eh?
-No.
-Y las echaba de menos, ¨eh?
-Pero también nos divertíamos.
Siéntate.
-Eso es cierto.
¨Te acuerdas?
-¨De qué?
-Que, a ver, ese día que nos quedamos trabajando hasta tarde, creo que eran las fiestas de la isla, y por la noche nos fuimos a la playa, a Varadero.
mañana siguiente... -A la mañana siguiente el encargado te castigó con no sé cuántas horas extras, no sé cuántas semanas.
-Pero vimos ese día amanecer en Varadero.
cer más bonito que yo he visto en mi vida, Dios mío.
-Sí, no me cabe duda que debió ser un bonito amanecer.
Pero no era yo el que estaba allí.
Lo viste con Rafael.
No todos los recuerdos que tienes de Rafael son malos.
-No.
No lo son.
Ay, Dios mío, esta música.
Ande, vamos a bailar.
-¨A bailar?
-A ver si sigues siendo tan mal bailarín como eras.
-Adelante, adelante.
-He estado pensando en todo lo que ha pasado esta tarde.
Tienes que ayudarme.
-Isabel, ten mucho cuidado, hazme caso.
-Me lo debes.
Dame solo la dirección.
-¨Te traigo algo de beber, rubita?
-Sí, que hay que coger fuerzas para la próxima.
-Te lo llevo, preciosa.
-¨Cómo es este hombre?
De verdad, no para, me tiene agotadita.
-Yo me encuentro mal, creo que me han sentado mal los churros.
-¨Quieres que te acompañe a casa?
-No, disfruta tú que puedes.
[♪ música alegre] [♪ Robert J. Walsh: "Just one night with you"] -!
Ah!
[♪ Robert J. Walsh: "Just one night with you"] !
Ya has llegado!
-Ha sido el viaje más largo de mi vida, Rita.
-¨Y cómo ha ido todo?
-Muy bien, con Manolito y con Rosamari, muy bien.
¨Qué tal con Rosamari?
-Es que se ha portado conmigo, que es un amor.
-Es un amor, Rosamari.
-Rita, yo no puedo esperar más, yo... yo te tengo que decir una cosa... -Pero si es el, Pedro, ¨no?
-Pedro.
-¨Te acuerdas de Adolfo?
-Sí, ¨cómo no me voy a acordar?
Bueno, yo no, no quiero interrumpir porque tengo que llamar a Rosamari.
-Mándale recuerdos a Manolito.
-Vale.
Pasadlo bien.
[♪ Robert J. Walsh: "Just one night with you"] -Clara, nunca la había visto retirarse tan pronto.
-Es que no me encuentro muy bien.
-Descanse.
-Buenas noches.
-Si quiere ir a la verbena, tiene mi permiso.
-Gracias.
-Yo me retiro.
Buenas noches.
-¨Ya se ha ido todo el mundo?
-Solo quedamos tú y yo.
[♪ música de seducción ] ¨Quieres ir a la verbena?
-¨Y perderme el mejor momento del día?
No.
-Shh.
[♪ música de seducción] -¨Pero qué hacéis ahí parado como un pasmarote?
-Clara, tenemos que hablar.
-Yo también tengo que decirte algo.
-Sí, pero déjame.
Por favor, siéntate, siéntate.
A ver, déjame hablar a mí primero porque si no, no voy a poder.
-Mateo, que... -Un momento.
no sé por qué creo que esto te va a encantar.
Clara Montesinos... -Mateo, de verdad, dudo mucho que lo que me vayas a decir sea mejor que lo que tengo que decirte yo.
-No sé, me da a mí en la nariz que no, pero vamos, a ver.
Clara montesinos... -Que no estoy embarazada.
-¨En serio?
¨De verdad?
[♪ música de romance] -Y allí estaba yo, perdido en mitad de Pekín y sin un duro en los bolsillos.
Pasaron más de cinco horas hasta que encontré a alguien que pudo decirme cómo volver a mi hotel.
-¨Pero los pilotos no habláis idiomas?
-Francés, inglés, pero el mandarín lo tengo un poco oxidado, la verdad.
-Carlos, me lo he pasado muy bien esta noche.
Gracias por venir.
-Para eso están los amigos.
-Bueno... eo que no vamos a poder ser amigos.
-Es verdad.
Los amigos no se dan la mano.
-Ni se acarician el pelo.
[♪ música de romance] -Tampoco se besan.
[♪ música de romance] Es definitivo.
Nunca volveremos a ser amigos.
[risa] [♪ música de romance] -Hombre, ¨y tú con el piloto?
Es tan guapo.
-Sí, me besó.
-¨Qué?
-A mí Adolfo me agarró el culo bailando, pero da igual.
-¨Y os vio Pedro?
-Ese ni siente ni padece.
-¨Sois novios Adolfo y tú, no?
-Pues no lo sé, Pedro, porque estas cosas del amor son muy difíciles de definir.
-¨Has dicho del amor?
-¨Qué pasa?
-Que Pedro se casa.
-Me gustaría que entendieras que nos lo pasamos muy bien juntos, pero... -Pero nada más.
-No me gustaría que hubiera ningún malentendido.
-En dos semanas tendríamos los bocetos.
-¨Y qué tal en dos días?
-Eso es imposible.
-Si no, el acuerdo corre peligro.
-Como todas ustedes saben en Galerías Velvet empezamos un nuevo proyecto.
Trabajaremos para Airsa.
Cada una de ustedes tendrá que preparar un boceto con un diseño.
¨Porqué no has presentado ninguno de tus bocetos para los uniformes?
-Trabajar contigo solamente lo pondría todo en riesgo.
-¨La relación con tu novio?
-!
Todo!
-Necesito que estés a mi lado, Cristina.
Pase lo que pase, tome las decisiones que tome, da igual.
-Voy a estar a tu lado.
-Aunque tenga que ponerme en contra de tu familia.
-Tú eres mi familia.
-Mateo, he pensado que a lo mejor pudiéramos pasarla en tu casa.
-Se ha empeñado en venir a mi casa.
-Pero entonces... -Sí, si, lo sé, lo sé.
-Eres un cerdo.
-Tu padre dejó esta carta en el despacho el día que... -Alberto, tienes que saber que tu madre sigue viva.
-Soy la hija de un matrimonio que no existe.
-Hola, Gloria.